martes, 16 de junio de 2009

Llegaron las Vacaciones


¡Que susto, llegaron las vacaciones!.
Tomado "http://www.eltiempo.com/participacion/blogs/default/un_articulo.php?id_blog=15010&id_recurso=15014"
14/07/06 Por:jordelcas2
¡Con que entusiasmo se empieza a leer en los diarios por estos días de la llegada de la temporada de vacaciones! Es claro que los periodistas no conocen ni por asomo lo que se desata en una copropiedad cuando llega la época de volver a tener los angelitos adorados de papá y mamá en casa, sin importar su edad, ni su sexo, ni su comportamiento...

Al contrario de lo que le sucede al común de los mortales, la llegada de las vacaciones, para mi como administradora, solo encuentra un sinónimo en el diccionario: el infierno.

¿Alguien se atreve a ponerlo en duda? Pues con gusto le abro las puertas del averno para que se asome y salga corriendo.

Levantar a un niño para que se vaya al colegio a las 5:30 de la mañana es una proeza. Si la lógica ayudara, la época de vacaciones debería significar que pasaran de largo hasta las once o doce del día en sus camas. Inexplicablemente, arrancan a jugar fútbol en sus apartamentos a las cinco de la mañana. Y el problema no son los gritos entusiasmados por cada gol anotado al hermanito sino que resuelven jugar sobre el piso de madera con los guayos puestos. Y adivinen quien tiene la culpa según los del piso de abajo: ¡pues la administradora!

No contentos con despertar a los vecinos y aburridos con su largo encierro – son las seis y no han podido salir a jugar porque la neblina no despeja – su mamá les da permiso de distraerse en el corredor del edificio. Y claro, que más divertido para utilizar al máximo las energías de esta hora de la mañana, que tocar los timbres de todos los apartamentos y salir corriendo. Si, ya me conozco la frase de tanto oírla de varias madres: “y es que acaso Usted no jugaba a lo mismo cuando era niña vieja amargada” ¡Pues que se lo digan a la fiera del 802 que llegó a las tres de la mañana y quiere matar al conserje!

Las llamas de mi condena crecen con las horas. A eso de las diez se activan las atracciones mecánicas: un muchachito distrae al celador mientras otro abre y cierra la puerta del garaje donde, divertidos, cuelgan seis querubines yendo y viniendo con el vaivén. ¿Y, por qué no experimentar con la sensación de ingravidez? ¡Fabuloso! Entran trece al ascensor y saltan mientras suben y bajan muertos de la risa. Risa le va a dar a los papás cuando tengamos que aprobar una cuota extraordinaria para cambiar los cables del aparato, sometidos a torturas que no imaginarían ni los creadores de los absurdos juegos del desafío 20-04.

Los experimentos científicos no faltan. ¿Alguna vez se preguntó si lo que dice la televisión con respecto a los gatos es cierto? ¿Será que caen parados siempre? Nada mejor que la comprobación experimental: agarre el gato de la solterota del 503 y bótelo por el shut desde el último piso. Eso sí, que vaya de cabeza, si no se voltea es que era el pequines del señor suavecito del 703.

Las noches de paz, que normalmente tenemos mientras están en los colegios, no existen en esta temporada. ¡Es hora de jugar a las escondidas! Y como no se pueden dejar pillar, aprovechan sus largas esperas mientras sus amiguitos los buscan para desinflar unas cuantas llantas y, si la urgencia apremia, hacer pipi en algún rincón.

Tíldenme de ser la versión femenina y actualizada de Herodes, de ser una vieja desgraciada, de no entender lo que es criar un hijo, que son el futuro de nuestro país (¡imagínense!). Lo único cierto es que voy a liderar un movimiento para que regulemos la tenencia de mascotas... ¡y de niños!
por: jordelcas2 - (2 comentarios )
publicado en: Arte y Cultura, Historias de la ciudad
con etiquetas: temporada, vacaciones

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